miércoles, 25 de agosto de 2010

¡Locuras!


Hagamos locuras.
Perdamos la cabeza.
Desmelenemonos.
Bailemos sin control.
Riamos a carcajadas por nada y a la vez por todo.
Cantemos canciones divertidas a voces.
Corramos sin rumbo hasta perder el aliento.
Perdámonos entre la gente.
Saltémos alto muy alto, hasta rozar las nubes.
Comportémonos como críos.
No pensemos.
Hoy está prohibido pensar.
Está prohibido ponerse triste.
Está prohibida la seriedad.
Está prohibido aburrirse.

Hagamos locuras.

jueves, 19 de agosto de 2010

Cuando el cielo se enfada

Duermo tranquila en mi habitación. Entonces empieza a llover, es una lluvia fuerte; las gotas de agua golpean mi ventana. No me molesta, al contrario, me tranquiliza y hace que duerma mejor...Entonces una luz entra por la ventana...a los segundos escucho un: "¡CABOOM!" que hace temblar mis ventanas.
¿Qué ha sido eso? ¿Qué era? Entonces otra luz inunda mi habitación. 1, 2..."¡CABOOM!".
Otra vez ese ruido estridente. Me abrazo a Willie que también tiene miedo.
-Tranquilo, Willie-le susurro-. No es nada, tranquilo-aunque yo no me creo eso de que no sea nada.
La luz vuelve a entrar. 1, 2, 3, 4, 5..."¡CABOOM!"
¿Pero qué es ese ruido? ¿Serán bombas? ¿Fuegos artificiales? No, no puede ser ninguna de las dos cosas...Veo las noticias con papá y mamá y no hay guerra aquí...Y tampoco pueden ser fuegos artificiales, porque esta luz es blanca y la de los fuegos es de colores...
La luz. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9...Parece que ya no hay más ruido..."¡CABOOM!"
Esta vez me ha pillado por sorpresa y me meto bajo mis sábanas abrazada a Willie. Tengo miedo...no sé que es ese ruido...Tengo miedo...Empiezo a sollozar muy bajito, Willie es valiente y no llora, pero sé que tiene miedo como yo.
Entonces veo que mi habitación se ilumina nuevamente, pero esta vez es permanente...Es la luz del pasillo.
Una mano me toca el hombro y yo, sobresaltada, miro rápidamente quien ha sido.
Uuff...que alivio, es Mamá.
Me coje en brazos y me abraza:
-Tranquila, cielo...es solo una tormenta-me dice al oído- ¿Quieres venir a dormir con Papá y conmigo?
Asiento rápidamente.
Sonríe y coje a Willie:
-Toma tu osito Willie, seguro que él también tiene miedo.
Nos lleva a la habitación y me tumba en medio, entre Papá y ella. Ya no tengo miedo. Poco a poco me voy quedando dormida. Mamá me susurra:
-A veces el cielo azul se enfada, se vuelve gris y suelta rayos. Pero tranquila, nunca te hará daño. Que descanses, mi niña.
Me besa en la frente y me quedo dormida.