Mis labios se abren para hablar.
Veo las palabras flotando y entrelazándose, entrando en tus oídos, donde mueren.
"No. Tus palabras no me sirven."-dices, implacable.
Lo dicho se queda en el aire y acaba desapareciendo. Lo escrito permanece en el papel, de donde ya no puede salir.
Tal vez mi escrito te sirva:
Tú. Solo y exclusivamente tú.
Léeme bien.
Para mi eres único e insustituible. Necesario.
Tú. Siempre.
{Verba volant. Scripta manent.}
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