martes, 29 de septiembre de 2009

Pequeña historia...

Era una noche fria...el viento golpeaba con violencia las ramas de los árboles...era de las noches mas oscuras que podia recordar...Yo estaba asustada...muy asustada.
Sabía que los nigromantes habían entrado a palacio...se que buscaban...se por qué lo buscaban...yo lo tenía y no estaba dispuesta a dárselo.
Corrí entre los oscuros pasillos del castillo...escuchaba pasos, veía resplandores aterradores...unos por los relámpagos y otros por los hechizos de los nigromantes; oía gritos en la oscuridad...gritos de terror...de agonía...de un caos infinito.
Entré en una sala grande, enorme...creo que la única que no habían destruido.
-¡Eh, tú! ¿Qué demonios haces aquí?-gritó una voz a mis espaldas.
Dos hombres (aliados de los nigromantes) me miraban desde la puerta. Los dejé inconscientes con uno de los pocos hechizos que sé. Salí de la sala corriendo sin saber a donde iba...ocultando el libro que había provocado este caos entre mi capa. De repente me paré en seco...vi dos figuras...Una, alta y de aspecto fuerte, yo no sabía muy bien por qué, pero me atemorizaba...La otra figura era mas bajita y menuda...no intimidaba tanto. Ellos no me vieron a mí, por lo que me camuflé entre las sombras.
-Eem...señor...verá...no hemos encontrado el libro...hemos matado a todos los habitantes del castillo...no sin antes interrogarles...pero todos desconocían el paradero del libro-dijo el más bajito.
-¡Sereis idiotas!-gritó la otra-. Quiero ese libro en mis manos..Alguien en este endemoniado castillo tiene que saber dónde está.
-Verá, amo...me informaron que habían visto a esa chiquilla...la hija del rey-¡Estaban hablando de mí! ¿Cómo me habían visto por el castillo?-. Pero supongo que ya la habrán interrogado y matado...
-No esté tan seguro...-dijo una voz a mis espaldas.
De repente alguien me agarró por la espalda y me llevó delante de las figuras.
-Mire a quien he encontrado, señor...una pequeña intrusa...y creo que eso que oculta es lo que estábais buscando, ¿cierto, amo?-continúo la misma voz.
La persona que debia de ser el "jefe" me miró...nunca había sentido tanto miedo...Sus ojos eran de un color negro...pero un negro triste, sin vida, lleno de odio, miseria, rencor...de sed de venganza...Comprendí entonces que él era el Señor Oscuro.
-Buen trabajo-dijo-. Supongo que eso que escondes es el libro, ¿verdad, pequeña?
-¡Suéltame!-grité.
Sonrió y me arrebató el libro de las manos.
-¡Por fin!-exclamó-¡Por fin toda la magia del mundo esta en mi poder! ¡Todos los poderes del universo!-y acto seguido empezó a reírse como un loco- ¡Soy el amo del mundo!
-¡Lo único que eres es una rata sucia!-exclamé- ¡Escoria!-grité antes de escupir a sus pies.
Me miró con una sonrisa que me heló la sangre.
-Bueno...supongo que no querrás vivir en un mundo dirigido por una sucia rata...
Lo último que vi antes de adentrarme en una oscuridad sin retorno fue esa sonrisa malévola acompañada de una luz verde esmeralda....