viernes, 13 de mayo de 2011

A Peter Pan.

Querido Peter Pan:

Olvídame. Olvídame, por favor. No soporto ver como tu ánimo se desvanece, no quiero ver que una expresión triste arruina tu rostro lleno de alegría. No quiero creer que tengo la solución a tu tristeza y no poder dártela; porque, Peter, no puedo dártela, por más que quiera, por más que lo desee...no puedo.
Por eso, olvídame. Sigue viajando desde Nunca Jamás a aquí, buscando otra niña que pueda leerte cuentos, que pueda cuidarte, que pueda hacerte reír, que sea una niña inocente, dulce, atenta, soñadora...y sobretodo que esté siempre contigo, que te haga sonreír cada minuto del día, que esté dispuesta a ir contigo a luchar contra los piratas, que quiera nadar contigo en el lago de las sirenas, que cuide de los niños perdidos...que te de la medicina y te despierte todas las mañanas con miles de dedales.
 Peter, olvídame. Es lo mejor.

 ¿Nos reencontraremos en Nunca Jamás? No lo sé. Lo que si sé es que tus sueños se cumplirán, no es necesario que esté en ellos.
  Te quiere:


Wendy



P.D: Se feliz.